Cuando recibí la foto que por Whatsapp me envió Edilson Silva Liévano con la carátula de su libro Risa , no pude aguantar la tentación de intervenir la imagen y ponerla al derecho, pues el título aparecía de derecha a izquierda. Tomada al mejor estilo actual de selfie , la imagen estaba al revés y era preciso adivinar que decía Risa y no asiR . Pero cuando leí la novela entendí que no necesariamente se trataba de un error sino de una provocación. Y me había dejado tentar. RISA , así con mayúsculas sostenidas significa, en primera instancia, Revolución Intelectual sin Armas y, unas páginas más adelante, cambia por Revolución para la Insurgencia sin Armas. No son dos galimatías sino un doble significado de la sigla. La novela atrapa desde las primeras líneas, cuando el autor/actor cuenta que varios años antes había puesto un aviso clasificado en un periódico de esos que por fortuna ya no circulan, en el que ofrecía sus servicios para escribir las historias inéditas de las ...
No se había muerto el papa y ya se tejían alianzas y se hacían zancadillas para elegir a su sucesor. Los egos y las ansias de poder constituían las motivaciones de quienes aspiraban a ocupar el solio de Pedro, sobre el que hace poco más de veintiún siglos fue construida la iglesia Católica. Los votantes –cardenales menores de ochenta años– se reunieron después de que el sumo pontífice descansara por fin tras una larga enfermedad, de esas que llaman penosas y sobre las que la gente pide en oración que la persona se alivie o deje de sufrir. En oración también, y en medio de la más rigurosa confidencialidad, los cardenales pasaron en estricto orden y depositaron sus votos en una urna metálica con forma de vasija. El cuerpo del papa había sido depositado en un cofre triple, a la espera de ser llevado a su última morada terrenal. Atrás quedaron la opulencia de la Basílica y de la Capilla Sixtina, donde, con sus frescos renacentistas como testigos, se llevó a cabo la elección. To...