Ir al contenido principal

Cabrini, la santa gringa italiana

 

La primera santa gringa no es gringa. Es italiana y es la patrona de los inmigrantes, de modo que se podría pensar que no tiene una sino todas las nacionalidades. Se trata de Francesca Cabrini, una monja que desde niña padecía serios problemas de salud, por lo que fue rechazada en dos comunidades. Hasta cuando recibió el aval de crear su propia congregación, con la que fundó orfanatos y escuelas en muchos países, entre ellos Estados Unidos.

Nacida en Sant' Angelo Lodigiano, Italia, el 15 de julio de 1850, murió en Chicago, Estados Unidos, el 22 de diciembre de 1917.

Da hasta pena decirle terca a una monja y más si fue canonizada, pero referirse a ella como persistente sería de una debilidad tal que impediría explicar que se enfrentó a más de un cardenal, a un obispo y al mismo Papa León XIII, para que le permitieran viajar a la China en calidad de misionera.

Cansados de tanta insistencia, accedieron enviarla pero a Nueva York, donde dos millones de italianos sobrevivían en la miseria y en estado de esclavitud. Los niños se escondían en las alcantarillas “como ratas”, según narra la película Cabrini, una mujer italiana, más vigente hoy en día que antes del 20 de enero de este año, cuando Donald Trump asumió como presidente por segunda vez.

Esto, porque Trump emprendió desde el mismo mes de enero una campaña para expulsar de su país a todos los “ilegales”, incluso a los mexicanos a los que Estados Unidos los robó gran parte de su territorio en el siglo XIX. Son innumerables los videos de representantes de la “supremacía blanca” insultando a los migrantes, tal y como lo hacían en el siglo XIX con los italianos, a los que despectivamente les decían “Go home, Dagos”, definida por el Diccionario de Cambridge como “an extremely offensive word for a person from Spain, Portugal, Italy, or South America”, esto es, “una palabra extremadamente ofensiva”, que se repite varias veces en la película.

Esta semana, uno de esos guys de la vida real increpó a una mujer que en la fila de un supermercado hablaba por celular. A viva voz le dijo “Ahora estás en Estados Unidos. Tienes que hablar en inglés, si quieres hablar mexicano, regresa a México, porque en Estados Unidos hablamos inglés”. La mujer, guardando la dignidad y la compostura, le respondió: “Señor, hablaba navajo. Si quiere hablar inglés, regrese a Inglaterra”.

Francesca Cabrini también se enfrentó hace un siglo a esas personas, en las calles, en las entidades financieras que le negaron préstamos para crear los centros de salud y los orfanatos, en los hospitales que no atendían a inmigrantes, en las iglesias católicas y apostólicas, y una de las frases que demuestra esa realidad es cuando le decían “Permanezca donde pertenece”.


Permaneció en Nueva York, donde salvó a muchos niños, a mujeres que desde niñas habían sido esclavizadas sexualmente, a jóvenes explotados como trabajadores de la más baja categoría. Igual a como sucede hoy en Nueva York y gran parte de Estados Unidos, donde este tipo de discriminación es pan de cada día.

¡Ah falta que hace una mujer berraca como la Madre Francesca Cabrini, para plantarse frente a los machos blancos que se creen dueños del mundo y las vidas de las personas que no son como ellos!

Eso de recomendar una película es complicado, pero en este caso no dudo en hacerlo: vale la pena ver Cabrini, una mujer italiana, que además de mostrar una realidad de hace más de un siglo, se proyecta (literalmente) al vergonzoso mundo de hoy.  

La película, disponible en Netflix, recrea la Roma y la Nueva York de fines del siglo XIX, para lo cual maneja una fotografía impecable que no se limita a mostrar sino que con juegos de luces y de arcos arquitectónicos contribuye a crear la historia en la que la actriz Cristiana Dell'Anna, en el impecable papel de la monja Cabrini, reivindica al género humano.

 

Video oficial de la película: https://www.youtube.com/watch?v=-aiDFxx6HYI

 

Ficha técnica de la película

Dirección       Alejandro Monteverde (México)

Guion             Alejandro Monteverde, Rod Barr

Protagonista Cristiana Dell'Anna (Italia)

Producción   Jonathan Sanger

Música           Gene Back

Fotografía     Gorka Gómez Andreu

Montaje          Brian Scofield

Producción    Francesca Film Productor NY

                        Lupin Film

                        Lodigiano Film Development Inc.

Estreno          8 de marzo de 2024 (Día internacional de la Mujer)

Disponible     Netflix

 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Pedofilia disfrazada dizque de música

  No he querido escuchar la “canción”, para qué. Con leer la letra es más que suficiente para casi terminar vomitando de la rabia y del malestar que la industria discográfica me produce mandando al estrellato a un grupo de quienes se creen artistas y no son más que productos hechizos que a su vez cosifican y sexualizan a una niña de 14 años, no se sabe si fruto de su “inspiración” o recordando una experiencia de pederastia. Queda, sí, la certeza de que se trata de pedofilia disfrazada dizque de música. Lo primero es que eso de música no tiene nada, lo que he escuchado de casualidad en ocasiones anteriores me parece de una ligereza cuyo fin es simplemente hacer dinero, pero de estética, nada. El debate se armó estos días, precisamente en la Semana Internacional de los Niños, Niñas y Adolescentes, con la publicación de +57 , algo que ellos llaman canción, algunos de cuyos vergonzosos apartes cito: … escucha 2Pac y ese culito es notorio. Le echo en el abdomen la cremita de O...

Quijotadas. Los nombres de la valiente Feliza

    “ Yo siempre estoy con el bando de los que ponen los muertos, no de los que matan ”: Marta Traba.   Hace unos días, una poeta amiga me reenvió el mensaje de un conocido suyo, quien le decía que se negaba a leer Los nombres de Feliza , la novela de Juan Gabriel Vásquez, porque debería ser Los hombres de Feliza . El amigo de la poeta se lavaba las manos y decía que “en todo caso, un buen escritor”. Con un muy pobre criterio literario, el señor es además de un machismo casi que irredimible, pues no entiende el papel que como mujer y como artista desempeñó la escultora colombiana Feliza Bursztyn, quien murió de tristeza. En la novela, Juan Gabriel Vásquez cuenta la anécdota de un periodista que fue a entrevistar a la escultora en su taller ubicado en Teusaquillo: “Feliza le abrió la puerta vestida con sus pantalones sucios, un delantal de cuero que la protegía de las chispas y las manos enfundadas en guantes de cuero, y el periodista preguntó: ‘¿Qué opina usted ...

Quijotadas. Juan Gabriel Vásquez, novelista de la historia

Cuando Juan Gabriel Vásquez leyó en un periódico que la escultora colombiana Feliza Bursztyn había muerto de tristeza, se dijo “aquí hay una novela”. El problema fue cuando debió aprender a deletrear el apellido, y entonces se dijo “así se llamará la novela: Los nombres de Feliza ”.  Juicioso como ha sido en lo que tiene que ver con la historia, Juan Gabriel Vásquez viajó a París y recorrió las calles que, supuso, había recorrido la artista que fue perseguida durante el régimen dictatorial de Turbay, lo que la obligó a marchar al exilio. Entrevistó a cuantas personas pudo, incluido el viudo de Feliza, Pablo Leyva, quien orgulloso estuvo en el lanzamiento del libro hace pocas semanas en Bogotá. Todavía no he leído la novela, que compré esa noche. La que sí leí fue Volver la vista atrás (2020), a la que le antecedieron otras que no menciono pero que me han confirmado que es uno de los más destacados escritores colombianos del momento, como José Zuleta y Lina María Pérez, por...