Marguerite Yourcenar decía que la objetividad periodística es una añagaza, un artificio para atraer víctimas con engaños, una mentira completa. La periodista italiana Oriana Fallaci afirmaba que el supuesto dilema entre objetividad y subjetividad se resuelve con una sola palabra: ética. Esas cinco letras, contenidas en tres sílabas, han regido mi vida y, por lo tanto, mi actividad periodística. Cuando el 11 de junio de 1981 ingresé al periódico El País , de Cali, imaginaba una carrera plena de trabajo que le aportara a la democracia en mi país, y que sirviera de ejemplo a la presente y futuras generaciones. Los sueños de todo currinche, que una década después fueron cuestionados por una encopetada señora metida a decana de una facultad de periodismo, quien me preguntó con desfachatez: “¿Usted todavía piensa así?”. Me afirmó que ella, tres meses después de haberse vinculado a un medio de comunicación, había dejado atrás sus sueños juveniles. Le contesté que sí, que yo seguía pensa...
Escritor colombiano, autor de tres novelas, más de 200 cuentos en diversos géneros, poemas y ensayos. Desde 1981 ejerce el periodismo y desde entonces ha trabajado también en la docencia universitaria y el sector editorial. En la actualidad prepara su cuarta novela, Encuentro en el presidio, y un libro de cuentos dirigido a niños y niñas. Su novela La mujer de los condenados está siendo adaptada por la guionista Claudia Patricia Sandino del Busto.